Morderse las uñas. Un problema de salud dental.

La onicofagia o hábito de “comerse las uñas” de forma continuada, se trata de una costumbre que pueden sufrir las personas a cualquier edad y que, aunque no lo creamos, es muy difícil de dejar. Y aunque para muchos es un gesto normal sin implicaciones que pasaría desapercibido si no fuera por las marcas estéticas que deja en los dedos es necesario tener en cuenta que la cutícula es un elemento clave para la protección de la uña. Ésta se encarga de resguardar a la uña y al tejido que la rodea de traumatismos y de posibles infecciones. Si no hay cutícula, hay mucha más propensión a infecciones bacterianas, de hongos o víricas.

Pero es que además de todo ello, la onicofagia también puede conllevar consecuencias peligrosas para tu boca y por ende tus dientes.

¿Qué sucede en tu boca?

  • Desgaste dental. El mordisqueo continuo es capaz de erosionar el esmalte de los dientes sobre todo de lo incisivos mediante microtraumatismos. En algunos casos extremos incluso puede ocasionar astillados y fracturas en las piezas.
  • Problemas bacterianos. El contacto prolongado con las uñas puede suponer un trasvase de bacterias lo que aumenta el riego de infecciones en tu boca y puede ser la puerta de entrada para tu cuerpo de determinadas bacterias que pueden afectar a tu organismo. Es el caso de los Staphylococcus, la Candida o la Escherichia Coli que puede ocasionar diarreas y vómitos. Un estudio del departamento de Dermatología de la Universidad de Pensilvania concluyó que en debajo de las uñas hay  miles de miles de bacterias mientras que en el resto de zonas de la mano sólo suele haber cientos.
  • Dolor articular. El mordisqueo persistente de uñas también puede pasar factura a la articulación temporomandibular incluso pudiendo provocar dificultad y dolor para masticar los alimentos. El problema reside en que dicho movimiento implica una posición forzada para la mandíbula.
  • Halitosis. En el caso del mal aliento, la relación con roer las uñas se fundamenta en el traspaso de bacterias desde la zona subungueal a la boca, la presencia de determinadas bacterias puede contribuir al desarrollo de halitosis más aún en el caso que se haya generado una infección.

 

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